Team
Year
Site
Commission
Status
Aitor Mtnz. de Zuazo
Igor Zorrakin
Blanca San Vicente
2005
Armintza (Vizcaya)
Armintza´s City Hall
3th Prize
En una situación privilegiada, Armintza no debe dejar escapar la oportunidad de mirar y abrirse al mar, de una manera eficaz. El observador pierde, en la actualidad, la relación con lo que le rodea debido a un urbanismo que no la facilita, y obliga a deambular por sus calles sin rumbo fijo. La plaza de la Atalaya debe cobrar protagonismo y reconducir a este observador al punto de encuentro desde el que se dirigirá a una nueva relación con el espacio perdido.
Queremos que el observador empiece de cero, y lo acogemos en nuestra manta, depositándola sobre la Plaza de la Atalaya. Una breve brisa moverá la manta con la que cubrimos al observador y le permitirá ver el inicio de su nueva andadura.
Proponemos una implicación creativa y participativa entre el observador y “lo observado”, a través de la modificación de la relación espacio-tiempo con el entorno, de una forma no lineal, mediante la aportación de elementos heterogéneos, y multidimensionales, que permiten una infinidad de perspectivas y posibles usos, fomentando así mismo una infinidad de relaciones entre sus habitantes.
Por ello, la manta se convierte en organismo. Un organismo es esencialmente del espacio-tiempo. Un organismo crea sus propios espacios por medio de sus actividades y, por tanto, ejerce un control sobre su espacio-tiempo. Un organismo tiene una estabilidad fluctuante, que se consiguen por medio de sistemas abiertos dentro de un equilibrio.
El organismo es radicalmente democrático, todo el mundo participa en la toma de decisiones mediante la intercomunicación e interlocución. Un organismo dinámico, es una totalidad irreductible, en la que las partes y el todo, lo global y lo local, están implicados mutuamente.
Para fomentar el dinamismo se propone la ubicación de varios contenedores destinados a usos que sus habitantes podrán decidir. Desde un taller de artesanía, hasta una escuela abierta a todo aquél que quiera ser acogido por el manto. Este dinamismo creará las sinergias suficientes para que los locales de las plantas bajas puedan convertirse en locales comerciales, de manera que la riqueza que estos generen inviten en un futuro no lejano, a renovar las fachadas de los edificios, a crear las medidas de accesibilidad acordes con el espacio que les sirve etc.
El observador debe liberarse de las cargas de la situación actual, eliminando el vehículo de todo el espacio de relación. Para ello, se propone generar un circuito de sentido único con entrada desde la cota del puerto y salida por la calle Atalaya, de manera que la zona de aparcamiento que se genera en su camino queda cubierto por el manto, sobre el cual caminamos.
Bajo éste se distribuyen unas 140 plazas de aparcamiento que sirven para que el observador pueda caminar libremente por el espacio-tiempo hasta su vivienda. Se sostiene el mismo mediante soportes y vigas de hormigón pero dándole un acabado en madera convenientemente tratada. Material tradicionalmente utilizado en barcos y otros elementos de la mar, que convierte el organismo en un manto amable.
Apoyamos sobre una trama ortogonal que prolongamos hasta el límite de la zona de actuación. Donde éste termina continúa la trama que servirá de eje director de posibles pavimentaciones de toda la zona.
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